Recientemente ha habido una gran cantidad de conversaciones acerca de la muerte de la TV por cable debido a la incursión de los servicios OTT (Over-The-Top), tales como Apple TV, Netflix y Roku. A mi manera de ver, la así llamada “muerte” tiene que ver más como resultado de la miopía propia del cable que a la perspicacia de la competencia.

Pero el cable no está solo — los medios impresos también están pasando por un mismo tipo de miopía en su manejo. Para los medios impresos, si se pudiera retornar al viejo modelo de “manejo familiar” en lugar del modelo que impone la agenda de Wall Street, entonces el problema dejaría de existir, garantizado.

Como ejemplo, miremos la manera pobre en que los medios impresos tratan el tema de la distribución en los quioscos, y se darán una idea del tipo de incompetencia al que se enfrenta la industria.

De regreso a los males de la TV por cable. En la ciudad de Nueva York, actualmente tengo capacidad de recibir más canales con mi antena de TV digital que con mi suscripción básica de TV por cable. La razón por la que aún tolero el cable es por su servicio de banda ancha, que complementa el servicio de DSL que ofrece mi telefónica, ambas con una tendencia de malfuncionamiento de tanto en tanto. Si no fuera por la banda ancha, nunca me hubiera suscrito al cable: es muy caro, muy limitado y sumamente innecesario.

Tampoco me suscribo a Netflix, porque fuera de la famosa primer emisión de House of Cards y Orange is The New Black, no hay nada de verdadero interés (por ejemplo buenas películas) que no pueda encontrar en algún otro servicio OTT a-la-carta.

Ahora que ya los he cubierto con mis quejas, esta es mi receta para el éxito de la TV por cable:

Un modelo a-la-carta no es bueno, porque privará a los espectadores de la oportunidad de cultivarse por medio de la exposición a los canales “finos”. Es como guardar frutas y vegetales en el cajón de la comida chatarra. La gente puede ignorar estos canales, pero finalmente nos recuerdan que son buenos y necesarios.

Iré más lejos abogando que la TV por cable debería estimular la creación de más canales no disponibles en canales de aire (OTA) y los OTT. Si la estrategia OTT para ganar subscriptores es el desafío de contenidos, la TV por cable debería focalizarse en tener más canales básicos exclusivos con una base de ingresos publicitarios dividida, ayudando a esos canales con publicidad local y regional (el canal en sí se focalizará en anuncios a nivel nacional).

Sin embargo, el costo de subscripción al cable debe bajar, la oferta básica debe expandirse y el servicio debe mejorar. En mi caso personal, una compañía de cable recientemente decidió reemplazar mi decodificador (SBT), siendo la única advertencia la pantalla de mi TV vacía. Cuando llamé al servicio, me dijeron que debía cruzar la ciudad para recibir mi nuevo decodificador con un costo extra. ¡Esta no es la manera de tratar a un Gentleman! (¡o a una Lady, dado el caso!)

El cable básico debe incluir los canales de aire, tales como CBS-1, CBS-2, etc. Además todos los canales deben estar ordenados uno detrás del otro; no como hoy en día, cuando los subscriptores encuentran una pantalla vacía, digamos, entre el canal 7 y el canal 9. Eso no es proveer un buen servicio, y muestra de manera cabal el poco interés del cable por sus subscriptores.

Finalmente, si la TV por cable desea mantenerse en el negocio del video, el servicio de banda ancha debe subsidiar sus ofertas de video, tal como Google subsidia su Network de banda ancha y Amazón su servicio de VoD. DS

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